Historia de los Churros
Los churros son un delicioso alimento que está presente en las cocinas de muchos países del mundo, desde España hasta Latinoamérica y Filipinas.
Esta masa frita, gracias a su fácil preparación, se ha convertido en un acompañamiento ideal para meriendas y comidas rápidas; sin embargo, a pesar de su difusión, pocos conocen su verdadero origen.
Por eso, te invitamos a viajar por la historia para conocer el nacimiento de los churros y cuál es la razón de su curioso nombre.
Origen Egipcio del churro
Los pocos ingredientes (harina, agua, azúcar y aceite) hacen que preparar un churro sea realmente sencillo. Por ello, es común encontrar teorías de su origen en diferentes lugares. Una de estas teorías apunta que el churro ya existía en el antiguo Egipto.
Esta explicación histórica obedece a diferentes grabados encontrados en la tumba de Ramsés III (1184-1153 A.D.), de los cuales sólo se conservan algunos dibujos, pues los originales se perdieron en las excavaciones. En tales grabados se podía ver a diferentes trabajadores procesando el trigo, para luego hacer una masa, enrollarla y freírla.
Esta explicación es bastante plausible sobre el origen del churro, toda vez que, a día de hoy, en países del Medio Oriente es posible encontrar platos ancestrales (como el mushabbak, típico Líbano), que guarda una estrecha relación con la preparación que realizaba el pueblo egipcio.
De ser cierta esta teoría, encontraríamos que el churro es un platillo particularmente viejo, ¡con nada más y nada menos que 3.000 años de antigüedad!
Los chinos también dicen ser los padres del churro
Otra teoría muy difundida apunta que el churro tiene su origen en el popular youzhagui (demonio frito en aceite) o youtiao de China, el cual es un plato típico para el desayuno en esa nación. El mismo consiste en una masa frita, pero no dulce, sino que usa sal en su preparación. Este platillo es sumamente popular en el sur de China y suele consumirse acompañado de leche, aunque también se sirve junto con consomés.
Según algunos relatos sin mucha documentación, se cree que los comerciantes portugueses trajeron consigo esta receta a la península Ibérica, donde cambiaron la sal por azúcar y se introdujo una manga para extender la masa. Sin embargo, también es posible que esta preparación llegara a Europa con los viajes de Marco Polo.
En todo caso, no hay un acuerdo o registro histórico que permita comprobar estas teorías.
Un origen realmente español para el churro
Con independencia de sus orígenes remotos, es bastante probable que el churro en España haya tenido un origen propio. Se cree que es así debido a su fácil preparación y a los pocos ingredientes que se necesitan. Así, es probable que los pastores ibéricos, ante la imposibilidad de acceder a un horno durante sus largas jornadas, hubiesen optado por freír la masa como una forma de hacer una comida rápida similar al pan.
Esta costumbre tuvo tal acogida que ya en la Edad Media es posible encontrar registros españoles datados del siglo XVI, como un recetario de monjas isabelinas o clarisas de Valladolid en el que se hacía referencia a una preparación de harina frita y azúcar. Asimismo, es posible hallar indicaciones para su preparación en recetarios de cocineros de la realeza, es decir, era un platillo para ricos y pobres por igual.
A su vez, durante el siglo XVII está ampliamente documentada la venta ambulante de refrescos y comida en diferentes espacios del imperio español, los cuales utilizaban pequeños hornillos y sartenes para vender sus productos. De hecho, en esa época en España era particularmente popular un tipo de masa frita conocida como “frutas de sartén” o simplemente buñuelo, el cual era dulce y cuyo consumo era bastante común en ferias rurales y eventos populares.
Finalmente, en el siglo XIX, en localidades como Zaragoza, comienzan a establecerse fábricas de churros, ya con la forma de estrella, con la que se le conoce hoy en día, y comienza su proceso de conquista de toda España, Latinoamérica y otras regiones del mundo continuando su proceso de expansión hasta el día de hoy…
El origen de la palabra churro
Este peculiar nombre deriva de un ovino o cabra autóctona de la península Ibérica, como lo es la oveja churra, la cual es propia de Castilla y León. Al parecer, el parecido entre los cuernos de ese animal y el alimento era tal que, finalmente, se terminó por adoptar esta denominación.
Por su parte, el churro ha ido adquiriendo diferentes formas y consistencias, desde una rígida y alargada, hasta una blanda y pequeña. También existen churros gruesos que permiten su relleno y otros muy delgados cubiertos de chocolate. Pero con independencia de su forma, tamaño o grosor, su preparación a base de harina de trigo frita y su forma alargada de estrella siempre será su distintivo para llevar el nombre de churro.
La historia del churro y su conquista del mundo
Con la colonización de América y otras regiones del mundo como Filipinas por parte del imperio español, el churro se fue uniendo a los ingredientes y costumbres de cada localidad. Es así como, gracias a su contacto con América, éste conocería a su acompañante más usual, el chocolate.
La relación entre churros y chocolate es casi inseparable, bien en una taza, bien como relleno. Sin embargo, esta compañía no es exclusiva, pues en ocasiones el churro también suele ser acompañado por dulce de leche (o arequipe, como se le conoce en Venezuela), dulce de guayaba o incluso helado de diferentes sabores.
Por su parte, la popularidad del churro no se detiene en la actualidad y comienza a ser muy notoria en mercados como el asiático. Así, en países como Tailandia o Indonesia, su consumo es más común cada día, al punto de que en Indonesia este platillo es popularmente conocido como donut español.